Una selección de pequeños trucos que te ayudarán a cocinar y comer de una manera más sana. Pónlos en práctica ¡tu salud ganará!
1. ¿Este huevo es fresco? ¡Compruébalo!
Pon el huevo en un vaso con agua y sal. Si se hunde, es fresco; si se queda entre aguas, tiene unos 10 días, y si flota, es mejor no consumirlo.
Más trucos:
• Al cascarlo la yema tiene que ser redondeada y centrada en la clara y esta debe ser compacta.
• Una vez cocido verás que no es demasiado fresco si el huevo está muy separado de la cáscara.
2. ¿Y es ecológico? ¡Descúbrelo!
Si el 0 es la primera cifra de su número de identificación, sabrás que ese huevo es de procedencia ecológica, de gallinas criadas al aire libre.
3. Una tabla de cortar para cada producto
La verde para las verduras, la azul para el pescado y la naranja para la carne. Con un poco de pintura puedes diferenciar las tablas de cortar para cada tipo de alimento.
Más trucos:
• Tener tablas de cortar diferenciadas es más higiénico: por mucho que las laves, se pueden mezclar los olores y las bacterias. Después de cada lavado, sécalas bien.
• De bambú: es una madera muy resistente –se la conoce como el acero vegetal– y ecológica ya que se regenera rápidamente. Antes de utilizarla por primera vez, aplícale aceite mineral.
• La de carne, después de usarla, cúbrela con sal y déjala actuar una hora. Elimínala y frota con aceite.
4. Elimina el olor a ajo de los dedos
Después de picar ajos no te seques las manos. Pon una cuchara de acero bajo el grifo y frótate los dedos contra el acero. El olor desaparecerá como por arte de magia.
5. Saludables frutos del bosque
Ricos en vitamina C y fibra son muy apreciados por su poder antioxidante y laxante.
• Arándanos: Favorecen la circulación y son beneficiosos para la vista y los riñones, entre otros.
• Frambuesas: Refrescan y estimulan el apetito. Además, aceleran el tránsito intestinal y son ricas en potasio.
• Moras: De gran poder antiinflamatorio, aumentan el colesterol “bueno” y el número de plaquetas. Cómelos solos o acompañados de helado o yogur. También puedes preparar mermeladas y zumos.
6. Mantén los trapos limpios y perfectos
Utiliza trapos de cocina distintos según el tipo de alimento (carne, pescado, verdura…). Para diferenciarlos, cada uno puede tener un color o un estampado diferente.
Más trucos:
• Lávate las manos después de manipular cualquier alimento y antes de tocar el trapo. Así, se ensucian menos.
• Ponlos juntos en la lavadora en un ciclo de ropa sucia con un poco de vinagre para eliminar los gérmenes. Lo ideal es que los cambies a diario.
• Para que sean prácticos lo ideal es que tengan una asa para colgar. Si no es así, cose una cinta en un extremo.
• Blanquea las bayetas que han ennegrecido lavándolas con agua caliente y bicarbonato. Sécalas al aire libre para que no cojan humedad.
7. Más pimienta, más salud
La pimienta es una buena alternativa a la sal para dar sabor a los platos. Lo mejor es que la compres en grano y la muelas al momento. Guárdala en frascos de cristal herméticos en un lugar fresco y seco.
Más trucos:
• La pimienta negra es la de sabor más intenso. Usada, sobretodo, para condimentar carnes y estofados, estimula la producción de jugos digestivos, por lo que hay que usarla con moderación.
• La pimienta rosa, de sabor dulzón y ligeramente afrutado, es muy aromática, por lo que se utiliza para ensaladas o para preparar salsas. Para preparar una salsa a la pimienta para carne, basta con calentarla en un cazo con crema de leche y, después, añadir un poco de licor.
8. Rosquillas más ligeras
Para que las rosquillas sean más saludables, hornéalas en lugar de freírlas.
Más trucos:
• En la masa utiliza azúcar moreno, que es integral, en lugar de refinado.
• Según la receta, llevan mantequilla o leche. Opta por margarina y leche desnatada. Guárdalas en un recipiente hermético para que se conserven en buen estado durante una semana.
Fuente: El Mueble